domingo, 19 de agosto de 2012

Intérpretes e interpretaciones

Leyendo hace poco el Hiperión de Hölderlin me impresionó ver una metáfora que más tarde utilizará el filósofo danés Soren Kierkegaard - quizás usada por éste y trasladada al campo semántico que él quería para su filosofía- y en la actualidad el escritor José Jiménez Lozano. Kierkegaard entiende esta metáfora como una crítica al cristianismo (algo muy propio de su filosofía): “Los cristianos viven como gansos en un patio. Cada siete días tiene lugar un desfile y el ganso macho más elocuente se coloca encima de la valla y grazna sobre el milagro de los gansos, cuenta los hechos de los antepasados, que osaron volar en otros tiempos y alaba la misericordia del Creador, que dio alas a los gansos y el instinto para volar. Los gansos quedan profundamente conmovidos, bajan las cabezas con emoción y alaban al ganso elocuente y su prédica. Pero ¡eso es todo! No hacen nada -no vuelan-; van a su comida de mediodía. No vuelan porque el grano es bueno y el patio seguro”. El sentido queda claro. El filósofo ve a la comunidad cristiana como unos gansos domesticados por un “ganso macho más elocuente” que alaba tiempos mejores. Kierkegaard pide a esta comunidad que se separen de ese patio y de ese “ganso macho”; según él o lo hacen porque “el patio es seguro”. José Jiménez Lozano en uno de sus libros (no recuerdo dónde) formula esta misma parábola, solo que se refiere a unas ocas salvajes. Se basa en la existencia de dos tipos de ocas: las ocas de corral y las ocas salvajes (o libres). Las ocas de corral se contentan con vivir en su refugio y con comer todos los días lo que sus dueños les echen. Están sumidas en su corral y no tienen intención de salir de ahí; es una vida cómoda. En cierta manera, no quieren saber nada más del mundo exterior, son sumisas. Sin embargo, las ocas salvajes vuelan libres, comen cosas distintas a las de corral, conocen mundo y no se encuentran sometidas por fuerzas exteriores. La solución que propone José Jiménez Lozano es la siguiente: las ocas que al pasar volando sobre los corrales de las ocas sumisas deben pararse y enseñar a volar, a crecer libres a las ocas de corral y a valerse por sí solas, ya que si no, éstas no podrán salir nunca. Si resulta que las ocas salvajes se aferran a lo que tienen y no quieren compartir su libertad y sabiduría con las otras, se quedarán en su "torre de marfil" y no saldrán de ahí; volarán libres, sabrán del mundo, pero no habrán compartido ni transmitido lo suyo con aquellas ocas de corral sumisas. En Hölderlin está todo más simplificado, pero a la vez más complicado, porque no existen esas ocas salvajes -entendidas como factor externo- que saquen a las ocas de corral de su sumisión; pero sí esas ocas -o aves en este caso- que piensan en una libertad y en un mundo sin sumisión, sin la necesidad de que otro tipo de ocas le digan en qué consiste el salir del "patio". La cita dice: ”¿Somos como esas aves domésticas que no se atreven a salir del patio porque allí es donde les dan de comer?" (Friedrich Hölderlin, Hiperión, Madrid, Hiperión, 1993, p. 165). Hölderlin no se refiere a lo mismo que Kierkegaard, sino que se refiere a "una espléndida soledad". Reproduzco aquí el texto: “Desde hace mucho tiempo he tenido presente, mas que cosa alguna, la majestad del alma sin destino; he vivido a veces en mi mismo en una explendida soledad; me he ido acostumbrando a sacudir de mi las cosas exteriores como copos de nieve; [...] ¿Es que estamos sujetos como siervos al suelo que cultivamos? ¿Somos como esas aves domesticas que no se atreven a salir del patio porque alli es donde les dan de comer?” Creo que queda implícito lo que quiere decir Hölderlin, diferenciado de Kierkegaard y Jiménez Lozano. Hay que contar también en la época y las circunstancias en que vivió Hölderlin, ya que el poeta era un hombre críptico y vivía muchas veces en un halo de misterio y soledad; así queda implícito en muchas de sus obras como en sus elegías o a lo largo de su correspondencia, que están muchas veces salpicadas de pesimismo. Seguramente Kierkegaard se basara en el poeta para sacar sus propias teorías y conclusiones al igual que Jiménez Lozano, pero está claro que su concepción de -prácticamente- las mismas palabras es distinta. Hay interpretaciones e intérpretes. ¿Cuál es la tuya?

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